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miércoles, 14 de enero de 2015

Aineto, fuente de inspiración, a los ojos del autor

Seguidamente os adjuntamos unas imágenes y una breve presentación de Aineto, el precioso pueblo de los Pirineos en el que transcurre la primera parte de la novela, una ecoaldea donde viven familias en régimen de autosuficiencia, con cultivos ecológicos, con el objetivo de ser sostenibles social, ecológica y económicamente, siguiendo un desarrollo basado en el respeto por la naturaleza, el uso de energías renovables, la sustentabilidad tanto alimenticia como económica, el reciclaje y el uso de materiales de construcción ecológicos.

Aineto es una localidad situada en el municipio de Sabiñánigo, en el Alto Gallego, provincia de Huesca, Aragón. El área en que está asentado es llamada Prepirineo, un área de baja montaña situada al sur de los Pirineos. Se estableció en una pequeña llanura entre la sierra de Aineto (al norte) y el valle del Guarga (al sur). Desde el pueblo puede divisarse gran parte de los Pirineos.

El clima es un poco más suave que en las altas cimas pirenaicas, pero es bastante frío en invierno, con continuas heladas y algunas nevadas. Los días soleados son también frecuentes en invierno, en alternancia con olas de frío y lluvia en otoño y primavera. El verano es seco y con escasez de agua, caluroso, aunque por la noche refresca.

Además, Vicent Gascó, el autor de la novela, nos cuenta:

"En el año 1977, cuando yo estuve en un campo de trabajo en Aineto,  estaba despoblado de sus habitantes originales y solo lo habitaba una familia de hippies, que huyeron de la ciudad, con un niño y un niña, y que acababan de instalarse con la idea de vivir en base a la filosofía de la autosuficiencia.
Los niños no iban al colegio, eran educados por los propios padres, y la pareja subsistía con el ganado, la agricultura, y la artesanía. De esa familia se hace mención en la novela, y fueron el germen, los pioneros para que décadas después Aineto se convirtiera en una ecoaldea con varias decenas de familias.
Cuando yo estuve allí, los niños veíamos pasar a la familia desnudos cuando iban y volvían del río. Esa forma de vida, recién muerto Franco, era como mínimo, sorprendente para los chicos y chicas del campamento. Estábamos en plena pubertad, por lo que a todos nos resultaba impactante, a algunos, escandaloso y a otros, como fue mi caso, fascinante observar que existía otro modelo de vida.
También a algunos personajes de la novela la aventura que vivieron en aquel campo de trabajo de Aineto les marcó, en algún sentido, para el resto de sus vidas."





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